En el mundo de hoy, la tributación de los servicios que una empresa peruana contrata con proveedores del extranjero es un tema complejo. La clasificación de estos pagos impacta directamente en la carga fiscal, especialmente en lo que respecta a los impuestos a servicios digitales y a la asistencia técnica. La Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (SUNAT) y el Tribunal Fiscal han emitido varias resoluciones que ayudan a aclarar esta distinción, siendo la Resolución Nro. 09890-4-2019 una de las más relevantes.
La Tributación de los Servicios Digitales
Los servicios digitales se caracterizan por ser productos estandarizados y automatizados que se prestan a través de Internet sin que se requiera la presencia física del proveedor. Pensemos en plataformas como Netflix o Spotify, o incluso en licencias de software genéricas. La clave es que no hay una intervención humana significativa para cada cliente, el servicio es masivo y replicable.
La tributación de estos servicios suele tener una retención del impuesto a la renta menor, dependiendo de si existe un convenio de doble imposición con el país de residencia del proveedor. En la práctica, el monto de esta retención se aplica sobre el total pagado y su clasificación es vital para evitar contingencias con la SUNAT.
La Tributación de la Asistencia Técnica
A diferencia de los servicios digitales, la asistencia técnica implica un servicio especializado, individualizado y, a menudo, personalizado que busca resolver un problema específico o proporcionar una mejora. Se basa en el conocimiento y la experiencia de un profesional, donde la intervención humana es fundamental. Por ejemplo, la consultoría para implementar un sistema de gestión empresarial (ERP) o la asesoría para optimizar una línea de producción.
Debido a su naturaleza única y personalizada, la tributación de la asistencia técnica está sujeta a una retención mayor del impuesto a la renta. El Tribunal Fiscal ha sido claro al señalar que este tipo de servicio implica un valor agregado directo y tangible para la empresa contratante.
La Clave para Evitar Contingencias con SUNAT
La línea entre ambos tipos de servicio puede ser delgada. Un servicio de soporte técnico para un software puede ser un servicio digital si las respuestas son automáticas, pero podría considerarse asistencia técnica si un ingeniero especializado se conecta para resolver un problema complejo.
Por ello, una correcta clasificación no solo te asegura el cumplimiento tributario, sino que también optimiza el pago de impuestos a servicios digitales y a la asistencia técnica, evitando costosos reparos fiscales.
¡No dejes que una incorrecta clasificación afecte tus finanzas!
La complejidad de la legislación fiscal peruana exige un análisis detallado de cada operación. Un error en la retención puede significar multas y reparos onerosos. Si tu empresa realiza pagos al extranjero, necesitas la seguridad de estar cumpliendo correctamente con tus obligaciones fiscales.
En definitiva, la correcta distinción entre servicios digitales y asistencia técnica no es solo un tecnicismo contable, sino un pilar fundamental para la gestión fiscal de tu empresa en Perú. Entender las implicancias de los impuestos a servicios digitales te permitirá evitar costosos reparos por parte de la SUNAT. Frente a la complejidad de las normativas y los criterios del Tribunal Fiscal, la mejor estrategia es contar con el respaldo de expertos para asegurar que cada pago al extranjero cumpla con la ley.
Este artículo te ha brindado los puntos clave sobre los impuestos a servicios digitales, pero la aplicación práctica puede tener sus particularidades.
Si buscas una solución a la medida para tu negocio y quieres la seguridad de que estás cumpliendo con todas las regulaciones, no dudes en recurrir a los expertos.
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David Lao FLP Abogados & Economistas
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